Esta localidad se encuentra en el área centro-meridional del Valle, dentro del sector configurado por la margen derecha del Ebro y el piedemonte de los Montes Obarenes; emplazándose en una destacada loma delimitada al E y O por dos arroyos, configurada por una sucesión de plataformas que descienden en dirección S, dominando la estrecha ribera del Ebro en este sector.  

El nombre de Garoña parece que significa ribera, charca o prado de regatos, de origen tan remoto que hasta se piensa que pueda ser prehistórico.

El acceso a la misma se realiza por la única carretera que recorre este sector del Valle, situándose aislada de la misma, por lo que existe una vía de acceso que desemboca en una pequeña plazoleta y que constituye una de las dos calles principales, ejes en torno a los que se apiña el caserío. Éste se dispone mediante cortas calles traveseras a la calle de San Miguel y de las Eras, disponiéndose los edificios de forma colindante junto a construcciones anexas.

Localidad cuya existencia se constata ya en documentación del año 967, siempre ha sido un núcleo de escasa población, habitado actualmente por pocos vecinos de forma constante, siendo alguno de ellos de otras localidades.

La iglesia está dedicada a San Vicente y está a las afueras. Es de dos naves, de cubierta sencilla. El retablo mayor es neoclásico. La puerta de acceso al templo es de medio punto y al lado está el cementerio. El templo fue reconstruido por el cantero maestro Domingo de Mitarte o Vitarte

Las casas están construidas fundamentalmente en piedra arenisca, con fábrica de mampostería y sillares en esquinas y vanos, responden al tipo de casa solariega de los siglos XIX y XX, en las que se han realizado diversas reformas, sobre todo en vanos y en enlucidos de fachadas. Quedan, en muy mal estado, varias casonas del XVII-XVIII, conservando algunas piedras armeras, situándose los edificios más antiguos en la zona N del pueblo. En general presenta un aspecto pobre y descuidado, con casas abandonadas o en semirruina, con materiales depositados en la calle y la vegetación invadiendo las calles, la mayoría de las cuales no están asfaltadas. Se han realizado construcciones recientes que desentonan notablemente.

El entorno natural está constituido por una mezcla de tierras de cultivo de cereal, con bosque de encina y quejigo, y zonas de matorral.